martes, 19 de abril de 2011

Tailandia - Bangkok

31/03 - 04/04/2011


Por fin, despues de unas cuantas horas de espera en el puerto de Don Sak, salio nuestro autobus nocturno hacia Bangkok. Navegamos la inundacion del sur de Tailandia en un congelador sobre ruedas en el que, por mucho que rogamos, fue imposible que apagasen el aire acondicionado. Una cosa sorprendente por estos lares son los shocks termicos "exterior-interior" en hoteles, grandes almacenes y, sobre todo, medios de transporte. En algun momento me parecio que cargar con un forro polar de los gordos era una exageracion... Pero en realidad fue todo un acierto...

Llegamos a las 5 de la manyana hechos polvo y empezo la busqueda de taxi. Los conductores de la capital thai son MUY reticentes a encender el taximetro pero, apuntad, SIEMPRE hay que insistir porque se acaba pagando la mitad del mejorcisisimo precio que se hubiera conseguido negociar.

Intentamos aprovechar el tiempo a tope porque era el ultimo dia de viaje de Roman y el ultimo dia acompanyada para mi. A pesar de ir al Wat Sa Ket (Golden Mount), al mitico Wat Poh y a Khao San Road, la Meca de la megafiesta de Bangkok, fue un dia feo y raro. Me sentia traicionada por el destino y falta de suerte. La camara de fotos "de batalla" desaparecida, los dias perdidos en Koh Pha-Ngan, ING cancelandome la tarjeta y sin darme ninguna solucion, el olor a humedad en mi ropa y la perdida del portatil que no resucitaba habrian sido suficiente pero con cada hora que pasaba notaba la inseguridad y la melancolia crecer porque, lo que de verdad me estaba amargando, era el fantasma de la soledad. Aquel dia todavia pensaba que un viaje que no se comparte es medio viaje y percibia la ida de Roman como un fracaso... Aunque claro, la naturaleza de mi mal rollo todavia no la comprendia aquel dia que pase inmersa en una burbuja paralela intentando evadirme del hecho de que, desde aquel momento, no iba a tener apoyos. He pensado mucho en si escribia esto en abierto o no pero, a fin de cuentas, mi blog es mi diario y los momentos bajos son tan parte de esto como todo lo demas. 
  
 
  
El dia 2 de abril a las 5 de la manyana, Roman cogio su mochila, mi portatil muerto y se fue al aeropuerto. Su imagen bajando la escalera del hotel es, todavia hoy, un recuerdo vivo grabado a fuego en mis retinas.

Si el dia 1 habia estado en una burbuja, el dia 2 fue incluso peor. Bangkok es grande, caotico y caro (para un presupuesto maximo de 30 eur/dia). Busque un sitio dentro de mi rango de precios y acabe metiendome en un dormitorio de 4 m2 y dos literas, sin ventanas y con 3 crios de unos 17 que apestaban a alcohol por todos sus poros. Se me cayo el mundo encima. Intente aprovechar el tiempo pero los "lutos" son necesarios y creo que no hay que forzar sonrisas asi que, en plan macarra, mande a la mierda a 4 argentinos que me ofrecieron companyia al verme sola en el Gran Palacio para poder vivir mi miseria en toda su extension. En Khao San Road, tuve que hacer muchos esfuerzos para no llorar y beberme con normalidad mi cervecita e incluso llegue a mirar vuelos a Frankfurt. Decidi darme 2 semanas de prueba antes de tirar la toalla... Menos mal.


El dia siguiente fue infinitamente mejor. Bangkok es una ciudad de monumentos espectaculares y muy viva. Las distancias, como en cualquier otra gran ciudad, son enormes pero hay formas de hacer los desplazamientos mas llevaderos por agua o jugandose la vida en un tuc tuc que desafia la ley del mas fuerte y se cuela entre autobuses a la velocidad del rayo.


Decidi volver al Wat Poh y contratar un guia oficial para que me explicase lo que veia. En plan cuadriculada total, hasta me prepare una lista de preguntas para no dejarme nada en el tintero... Y se hizo la luz! Increibles las tres horas de religion, historia y, mis favoritos, mitologia y simbolismo. Guerras, demonios, monos, shingas, costumbres,... Ademas, al estar sola, mi guia desdentado y paternal hizo las veces de fotografo y menudo book! Acabo intentando convencerme de que tenia que volver para hacer un curso de masaje thai en el propio Wat Poh, que resulta que es la escuela de mayor renombre del Sudeste asiatico... Tendre que pensarmelo...


Una de las cosas que primero me llamaron la atencion de ir sola es que la gente te habla mucho mas: En autobuses, ferries y puestos callejeros, siempre hay alguien que te preguta el sempiterno: "Vas sola?", lo que al principio me daba bastante yuyu pero ahora me parece la forma mas facil de entablar conversacion con otros "independientes". Asi que me pegue medio dia dando vueltas en ferry y hablando con la gente local. Al anochecer fui al mercado de fin de semana de Chatuchak que no tiene desperdicio. Es una marabunta de humanidad abarrotando tenderetes en los que se puede comprar desde un corcho hasta una preciosa talla de madera de 3x3, pasando por ropa jipiesca (os ibais a volver locas, chacos) y chiles. Cualquier cosa. Como el rastro pero a lo bestia! Aunque sin duda, lo que mas me impresiono fue encontrar una galeria de arte al aire libre por la que anduve perdida hasta que el hambre me llevo en busca de algun puesto callejero de brasas y fritangueo de los que tanto abundan aqui.


Aunque el bache del temor a la soledad estaba superado, Bangkok me seguia pareciendo una ciudad agobiante de la que queria salir lo antes posible asi que, al dia siguiente, de manyaneo, decidi coger un tren a Ayutthaya, no sin antes echarme unas cervecillas en la terraza del tejado del hostal con un grupo de lo mas internacional.

Proximo capitulo: Ruinas jemeres, bicicletas y jaurias de perros enloquecidos. 


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