16-19/03/2011
Las vacaciones escolares malayas comenzaron mientras estábamos en el Taman Negara con lo que, al llegar a Jerantut para coger el tren hacia el norte, nos habíamos quedado sin billetes… Próximo tren a las 3 de la mañana.
Después de tanto patear, viene estupendo tener un par de días para no hacer nada más que tumbarse en una playita, leer, salir un poco por la noche y hacer snorkel entre tiburones (de los pequeñitos, de 1-2 m y vegetarianos), tortugas, bancos de peces de colores y arrecifes de coral… Las mejores fotos (o eso creemos) no las puedo enseñar todavía porque las hicimos con una cámara analógica y hay que revelarlas pero las vistas submarinas de las islas son IMPRESIONANTES.
Las playas de la costa oeste están cubiertas de restos de coral (de hecho la llaman la Coral Bay), hasta el punto de que a veces no se ve la arena por ninguna parte; quizás un poco en las raíces de las palmeras “tipo mangle” que parece que se queden volando cuando baja la marea.
Las vacaciones escolares malayas comenzaron mientras estábamos en el Taman Negara con lo que, al llegar a Jerantut para coger el tren hacia el norte, nos habíamos quedado sin billetes… Próximo tren a las 3 de la mañana.Encallados en Jerantut, no nos quedó más remedio que pasear y mirar una y otra vez nuestros correos desde el wi-fi gratis del KFC. Por suerte encontramos una pensión con aire acondicionado para poder secar la ropa de la jungla y tumbarnos un par de horas antes del palizón de tren.
Viajar de noche fue una pena porque nos perdimos el paisaje del “jungle train” pero, en fin, estas cosas pasan. A cambio, tuvimos concierto de pop malayo “gracias” a unos 15 chicos de unos 18-22 que se juntaron justo delante de nuestro vagón y cantaron (y bailaron) apasionadamente al son del móvil durante horas. Al bajar del tren, en taxi hasta Kuala Besut y barca a toda ostia hasta Pulau Perenthian Kecil con la proa dando saltos que parecía que se iba a partir el cascarón… ¡Que animalicos! Además llovía así que llegamos igual de calaos que si hubiésemos ido nadando.
En la foto Roman y yo todavía pensábamos que era divertido… Inconscienteeees. Atención a la cara de psicópata del “capitán”, el crío que va sin camiseta detrás nuestro.
Pasamos 3 noches en el Shari-La Resort. Para las habitaciones baratas, el baño es compartido pero el sitio está bastante bien, con AC y restaurante en el que preparan zumos naturales de 1 litrazo a muy buen precio.
Después de tanto patear, viene estupendo tener un par de días para no hacer nada más que tumbarse en una playita, leer, salir un poco por la noche y hacer snorkel entre tiburones (de los pequeñitos, de 1-2 m y vegetarianos), tortugas, bancos de peces de colores y arrecifes de coral… Las mejores fotos (o eso creemos) no las puedo enseñar todavía porque las hicimos con una cámara analógica y hay que revelarlas pero las vistas submarinas de las islas son IMPRESIONANTES.
Las playas de la costa oeste están cubiertas de restos de coral (de hecho la llaman la Coral Bay), hasta el punto de que a veces no se ve la arena por ninguna parte; quizás un poco en las raíces de las palmeras “tipo mangle” que parece que se queden volando cuando baja la marea.
La última noche fue de despedida, Magda y Lukasz seguían hacia la costa oeste de Malasia y nosotros hacia Hat Yai en Tailandia. Fuimos a una fiesta playera con malabares de fuego, música alternativa y bebida sorpresa gratis para las chicas… Turisteo playero total en las Perenthian pero, a veces, tampoco está mal.
Al día siguiente vuelta a la barca, al bus, al taxi y al tren pero eso lo dejo para la próxima entrada del blog…
